11 de abril de 2011

Hipocresía

Israel... ¡Esa gran nación! Construida a base del sudor de su frente, el sufrimiento de su pueblo, el sacrificio de sus gentes, el holocausto... Holocausto. Suena de lo más trágico, ¿verdad? Lo es, sinceramente, es un término que no debería haberse utilizado nunca, pues ciertamente esas diez letras encierran algo terrible. Pero... ¿Cómo nació Israel?

Yo me atrevería a decir que nació de la nada. Sí, porque realmente la ONU, la OTAN y todas esas organizaciones internacionales no son nada, y a la vez, lo son todo. Esas organizaciones que velan por la seguridad de todos los ciudadanos del mundo (aunque de vez en cuando se les escape alguna bala perdida...) tienen la potestad de otorgarle un trozo de tierra a una pequeñísima parte de la población. Hoy en día, ese trozo de tierra otorgado a placer de los occidentales, se llama Israel. Veamos dónde está el dichoso país:

Ahí, como diría una muy buena profesora mía: "pegado cual moco". Yo me pregunto, ¿es lógico que un país pueda, hoy en día, reclamar un territorio porque en un libro sagrado dice que les pertenece? A mí me parece de risa. Cierto es que el mundo que conocemos es así gracias a la religión, pues por desgracia ésta ha sido el opio para el pueblo, el método más eficaz para que los poderosos, mostrando un ingenio alarmante, controlen a sus anchas a los débiles de mente.

¿Es que los que siguen una religión son débiles de mente? No tiene por qué. La filosofía, aunque no lo parezca, ayuda mucho en estos temas, pues ya decía algún filósofo por ahí que la religión no es más que una mera invención del hombre débil para creer que habrá otra vida mejor, porque hablando claro, la suya es una mierda. Y en eso se fundamenta la religión, queramos admitirlo o no.

Pero bueno, no estamos hablando de la religión, aunque mucho tenga que ver en este tema. Estamos hablando de que los occidentales, un buen día, decidieron darle un trozo de Tierra a los judíos. La tierra prometida... Pues ya hubiera querido yo que hubiera venido un mesías a darme esa tierra prometida, no que me la adjudiquen cuatro hombres enchaquetados y llenos de ambición. Yo tengo una teoría, y es que no me queda claro que un occidental adjudique una parte de la Tierra a unos personajes de este tipo. Lógicamente, hay un interés económico detrás de todo. Como bien sabemos, el mundo occidental es muy diferente del oriental, y esta parte el mundo está, por decirlo de algún modo, en el sitio de transición. Ni se puede considerar occidente pero también sería arriesgado tacharlos de orientales.

Supongamos que sí, que tienen interéses económicos. ¿Por qué? Pues igual que en España tenemos bases americanas, y a su vez, éstos tienen bases por todo el mundo. ¿Para qué las tienen? Pues tenemos un claro ejemplo con Libia. ¿Desde dónde salen los aviones yankis? ¿De EEUU? No, salen de Europa. Sí, salen también aviones europeos, pero ya sabemos quién maneja los hilos en este asunto, y Francia no tiene nada que decir cuando EEUU habla.

Hecho el símil con las bases americanas, es más fácil de entender por qué Israel se encuentra allí. Control absoluto de su alrededor, ¿y qué hay alrededor? Musulmanes. Ese gran tumor para el occidental. Esos a los que hay que temer por su fanatismo, por su cultura y por sus costumbres. En occidente estamos mucho más civilizados: el Estado no da dinero a la Iglesia, la gente no peregrina hacia sitios sagrados, los peregrinos no se matan por saltar una reja, la Iglesia no derrocha el dinero que le proporciona el Estado en cubrir sus imágenes de oro mientras los pobres se mueren de hambre, y los occidentales no provocamos guerras. Seguro que al leer esa lista, recuerdas cosas recientes que te hacen ver que, claramente, juego con la ironía.

La cosa es que esas organizaciones internacionales de las que hablaba antes ya se han encargado de difundir la política del miedo en la población: hay que temer a los musulmanes. Y la gente, los teme. En España todavía hay gente que se asusta cuando les dices que has ido a Marruecos, cuando vivimos al lado. No somos tan distintos. ¡Incluso ellos tienen rey también, como en España! Si es que somos iguales.

Volviendo al tema de Israel, entramos en el meollo de la cuestión. Ya hemos sacado en claro (al menos, yo) que Israel está ahí plantado por interéses de occidente. Y si no acabas de creértelo, ¿cómo puedes explicar que gocen de tanta riqueza y de un ejército tan preparado si acaban de nacer? Cierto país todopoderoso lo financia. Yo Israel lo veo como un brazo de EEUU en tierras musulmanas. Necesitan controlarlo todo, y así lo hacen, financiando guerras y un ejército que mate diariamente a cualquier palestino que ose invadir su territorio. Espera, ¿no hablábamos antes de holocausto? ¿Cómo es posible que ellos tengan ejército y maten indiscriminadamente gente inocente teniendo tan reciente su mayor pena? Esto es muy confuso. Confuso no, esto es una gran mentira.

¿Acaso los gitanos tienen un país? ¿Por qué la ONU no le ha dado un territorio? Pero a los judíos sí. Y los judíos seguirán luchando por una tierra que es suya. Una tierra que un maldito libro escrito por Dios sabe quién (nunca mejor dicho) dice que es suya. Y como ellos son muy patriotas, lucharán por su tierra, por sus hijos, pero siempre defendiéndose. Ellos nunca atacan, siempre se defienden. Cómo pueden ser tan hipócritas. Cómo pueden acusar a Palestina de que les atacan ellos primero, cuando un palestino no tiene donde caerse muerto generalmente, mientras que ellos viven como occidentales. Es realmente indignante.

Y ahí siguen, matando diariamente a Dios sabe cuántas personas por nada.

¿Y por qué escribo esto ahora? Pues el detonante ha sido la visita de nuestros queridos príncipes a Israel, donde han recordado a las víctimas del Holocausto.

Mi pregunta es: ¿alguien recordará algún día las muertes que se están produciendo en aquellos lugares?

Yo no lo sé, pero por el momento voy a hacer una cosa: voy a ahorrar dinero y me mudaré a EEUU, la tierra de las libertades. Pero hay un simple motivo para esto, y es que sabiendo que un pueblo es capaz de pedir una tierra basándose en un libro sagrado, y sabiendo que los occidentales apoyan esta causa, yo tengo que estar prevenido por si algún día, el tataranieto de Abderramán III decide reclamar Al-Andalus.

Tan loca no es mi idea viendo lo que se cuece con Israel, ¿no?